Entrevista con teamLab. Arte y tecnología sin límites

En esta ocasión queremos compartir con vosotros una experiencia distinta. La tecnología, como todos sabemos, puede ayudarnos a hacer nuestras vidas más fáciles en entornos como la educación, el trabajo o la simple y llana cotidianeidad. La digitalización es parte de nuestras vidas y, cada día, lo será más. Pero, ¿se puede digitalizar el arte tal y como lo entendemos?
teamLab, un colectivo artístico internacional que aúna perfiles tanto técnicos como artísticos, ha dado con la clave. La tecnología digital ha sido una de las herramientas que el colectivo ha usado para dar vida a sus obras artísticas e, incluso y yendo mucho más allá, para hacer que los límites entre el arte, la naturaleza y la presencia de los seres humanos se difuminen más que nunca. El arte de teamLab incluye obras que, gracias a su experiencia y su innovación tecnológica, son interactivas, inmersivas y se ven modificadas por la presencia de la persona que lo experimenta.
Los límites entre el mundo, la ciudad, la obra de arte, la naturaleza y tu propia experiencia se difuminan, ¿quieres experimentarlo?
¿Cómo nació teamLab?
teamLab es un colectivo artístico internacional que engloba especialistas como artistas, programadores, ingenieros, animadores, matemáticos y arquitectos que buscan aunar la confluencia entre el arte, la ciencia, la tecnología y la naturaleza.
El objetivo del colectivo es explorar la relación entre el yo y el mundo y las percepciones extra a través del arte. Para entender el mundo a su alrededor, la gente lo separa en entidades independientes con límites perceptibles. teamLab busca trascender esos límites que imponemos a nuestra percepción del mundo, a nuestra relación entre el yo y el mundo y a la continuidad del tiempo. Todo existe en una larga y frágil, aunque milagrosa, continuidad sin límites.
El colectivo fue fundado en 2001 por Toshiyuki Inoko y varios de sus amigos con la intención de crear un laboratorio en el que experimentar en equipo, de ahí viene el nombre: “team” de equipo y “lab”, la forma apocopada de “laboratory”. Y su intención siempre fue crear nuevas experiencias a través del arte y, así, explorar la condición humana. Siempre quisieron cambiar los valores de la gente y contribuir al progreso social y eso no ha cambiado.
Al principio, teamLab no tenía forma de sustentar económicamente sus creaciones, pero creía en el poder de la tecnología digital y la creatividad y eso les mantuvo en el camino de crear algo nuevo, no importaba el género, solo importaba que lo persiguieran. Mientras trataban de incorporarse a todos los proyectos posibles para mantenerse económicamente, fueron incorporando a las filas del colectivo varios perfiles.
El tiempo pasaba y mientras que teamLab ganaba prestigio entre los más jóvenes, seguían siendo ignorados por el mundo del arte. El debut llegó finalmente en el 2011 con la exhibición de la galería Kaikai Kiki en Taipei (Taiwán), donde fue invitado por el artista Takashi Murakami. Desde entonces, teamLab fue creciendo hasta exhibir sus obras en muestras de arte contemporáneo como la Bienal de Singapur en 2013. Dos hitos que fueron importantes para el colectivo fueron: primero la promoción que sus obras recibieron en la Galería PACE de Nueva York en 2014; y segundo, la muestra que organizaron en Tokio en 2015. Desde entonces, sus obras han sido expuestas en todo el mundo.

teamLab, Red People in the Blue © teamLab
Vuestro colectivo está formado por artistas, ingenieros o matemáticos. ¿Qué arte se desprende de esta unión?
La creación artística siempre es complicada. En muchas ocasiones, pese a que los conceptos nacen claros y fijos, las metas de un proyecto no se aclaran hasta el final. Nuestro equipo crea y piensa en ello sobre la marcha.
Una vez que la idea está clara, las especialidades de nuestros miembros salen a la luz. Por ejemplo, la obra Forest of Flowers and People: Lost, Immersed and Reborn, que se encuentra en teamLab Borderless en Tokio, fue creada por un especialista en animación 3D generada por ordenador que diseñó los modelos de las flores y la animación; un programador de software 3D; un ingeniero que diseñó la proyección; un programador de software que integró y programó una docena de proyectores; un arquitecto, etc.
La organización estructural del colectivo puede parecer plana, pero es multidimensional y, sobre todo, no preestablecida. Las labores técnicas y la viabilidad del proyecto van de la mano, por ello se van alineando y estructurando a medida que el equipo avanza en la obra. La creatividad del colectivo está basada en esa multidimensionalidad. Las diferentes especialidades colaboran y se produce un intercambio de conocimiento entre ellas. Por lo tanto, de esta constante experimentación nace una autoría colectiva que se basa en las sinergias resultado de ese conocimiento compartido que, además, hace crecer al grupo. El conocimiento puede descubrirse en todas las partes del proceso creativo. Si un equipo comparte conocimientos pequeños y detallados, pero versátiles, estos se convertirán en una fortaleza que dará lugar a nuevos proyectos o a la mejora de las obras actuales.

teamLab, Light Evaporating with People © teamLab
Hemos visto vuestras obras en paredes, columnas, lienzos o, incluso, en el aire. ¿Dónde están los límites de vuestro lienzo?
Con luz y tecnología, cualquier cosa puede llegar a ser un lienzo. La tecnología digital proporciona detalles complejos y libertad para el cambio. Antes de que estuviera asumido, la información y el arte debían presentarse de forma física. Y la expresión artística sobre el formato físico ha existido desde el principio de la humanidad. La gran ventaja de la tecnología es que nos ha permitido trascender estos formatos. Sin esa limitación física, la tecnología ha hecho posible que las obras de arte transciendan lo físico, lo que les ha transferido un grado más de autonomía respecto al espacio y ha conseguido que el espectador experimente la obra de forma más directa. Y ellos pasan a ser una parte intrínseca a la obra.
Las obras de teamLab son interactivas porque la presencia del espectador transforma la obra, y los límites entre el espectador y la obra de arte se disipan. La obra ya no es disfrutada por un espectador, la obra es cambiada por un grupo de espectadores que interactúan con ella. “El espectador que pasó por allí cinco minutos antes o el comportamiento de las personas que tienes al lado, de repente, se vuelve importante. El espectador que observa un cuadro convencional está solo, y el cuadro es solo para él; pero en nuestras obras interactivas, el espectador es consciente de la presencia del grupo”.
Desde 2001 hasta nuestros días, ¿podríais describirnos la transición tecnológica que habéis experimentado y como ha ayudado a crear vuestras obras de arte?
La tecnología es solo una de las herramientas que usamos para crear nuestras obras de arte. Más lo han sido los miembros del colectivo. Cada una de nuestras obras está creada por nosotros, desde la concepción hasta la realización. Eso es lo que hace a teamLab único, no la tecnología, sino la capacidad de nuestros miembros para idearla, adaptarla y crearla en proyectos muy grandes alrededor del mundo.
Nosotros hemos desarrollado, y desarrollamos, nuestros pocos equipos. Pero es cierto que han sido los avances tecnológicos en el vídeo los que han conseguido que nuestro trabajo resulte más sencillo hoy que antes. Existen otros artistas audiovisuales que usan mucha más tecnología que nosotros. Pero lo realmente interesante de nuestro colectivo es que combinamos tecnología relativamente nueva en despliegues visuales a gran escala que nadie antes había imaginado. Y todo lo hacemos exclusivamente con los miembros de nuestro colectivo. Por eso tiene tanto valor para nosotros.
Empezamos en 2001 siendo solo cinco. Fuimos creciendo, desde pequeños shows hasta pabellones enteros. Hoy estamos trabajando en un proyecto para digitalizar la Nueva Ciudad de Shenzhen, y en el que se incluye un proyecto de teamLab para transformar los espacios públicos de la ciudad en espacios compartidos de forma positiva.

teamLab, Exhibition view of teamLab Borderless, 2018, Odaiba,Tokyo © teamLab, courtesy Pace Gallery
Para lograr los objetivos de los que nos has hablado, ¿habéis encontrado en la tecnología al perfecto aliado para lograrlo?
La tecnología es una herramienta, como lo puede ser la pintura. Sin embargo, y aunque sea una herramienta, afecta a la creación del mismo modo que la pintura de paisajes se desarrolló cuando se pudo sacar la pintura al exterior, por ejemplo.
Hemos creado obras de arte con apoyo de la tecnología desde el principio y, aunque no supiéramos como recibir rédito de ellas o donde exponerlas, seguimos haciéndolo, porque creemos en el poder de la tecnología digital en conjunción a la creatividad.
Además, hay cierta tecnología, como sensores, redes, luz y sonido, inmaterial que no tiene impacto en la naturaleza. Gracias a ella, la naturaleza puede ser convertida en arte sin que reciba ningún tipo de daño. Por ejemplo en nuestra obra, teamLab: A Forest Where Gods Live exploramos el concepto de que gracias a nuestra tecnología podíamos hacer que los espectadores percibieran la continuidad del efecto del tiempo sobre la naturaleza, sensación que es imposible de percibir de otra forma ya que estamos atados a la percepción del tiempo ordinaria. Esta obra de arte explora cómo las formas del bosque y del jardín pueden ser utilizadas para crear obras de arte que nos permitan trascender el límite de nuestra comprensión de la continuidad del tiempo y, así mismo, sentir la larga continuidad de la vida.
¿Cuál es el origen de teamLab Planets y en qué consiste esta exhibición?
teamLab Planets es un museo donde el espectador puede caminar sobre el agua o convertirse en una flor de un jardín. En sus instalaciones hay cuatro grandes espacios de exhibición y dos jardines. El visitante puede entrar descalzo, puede sumergirse junto a los demás y, de esa forma, se unirán con el mundo. El medio se transforma y el movimiento de las personas causa cambios visuales en la obra de arte.

teamLab, Forest of Resonating Lamps – One Stroke, Autumn Mountain © teamLab
¿Podéis hablarnos de otras instalaciones y cómo es la tecnología que hay en ellas?
Como decíamos anteriormente, la tecnología no es nuestro principal interés, pero sí lo es el arte que nos permite realizar.
En los museos teamLab Borderless de Tokio y Shanghái las obras de arte forman un continuo, un mundo sin límites. Se mueven fuera de las habitaciones de forma totalmente libre para establecer relaciones con los visitantes y con otras obras, incluso conectándose entre museos teamLab Borderless.
Durante la primavera de 2021 abrimos otro espacio temporal basado en una exhibición de sauna. Fue llamado TikTok teamLab Reconnect y fue establecido en Roppongi, Tokio. El arte suele exhibirse en espacios lujosos como palacios o museos, nosotros quisimos crear un estado mental lujoso para que los visitantes pudieran experimentarlo. Queríamos que los visitantes se perdieran, metafórica y literalmente, en una instalación artística inmersiva.
Además, también hemos formado parte de la exhibición inaugural grupal Every Wall is a Door en el Superblue de Miami, Florida, junto a Es Devlin y James Turrell. Allí juntamos varios proyectos de teamLab en uno solo para llevar a la audiencia a una exploración de las relaciones entre la humanidad y la naturaleza, además de explorar la ambigüedad entre los estados de la vida y la muerte.

teamLab, Forest of Resonating Lamps – One Stroke, Metropolis © teamLab
¿Cómo adaptáis vuestro trabajo para el exterior?
Cuando creamos, tratamos de utilizar todo lo que los lugares nos puedan ofrecer. Por supuesto, trabajar en la naturaleza implica tener en cuenta el tiempo. La lluvia o los tifones son retos importantes para nosotros. Siempre creamos y ajustamos en los lugares en los que vamos a trabajar porque el objetivo es que la naturaleza sea la propia obra de arte.
La experiencia del usuario es primordial en vuestras obras de arte. Tanto es así que habéis desarrollado tecnología como la Realidad Interconectada (IR), ¿en qué consiste? ¿Habéis desarrollado más tecnología para este fin?
Esta tecnología fue diseñada para que el espacio físico que rodea a las personas interactuase de forma individual con sus dispositivos digitales. IR usa un dispositivo como un smartphone para hacer cambios en la realidad que, además, se pueden apreciar mediante el ojo humano desnudo. Ahora, el dispositivo digital también interviene en la creación de la obra de arte. Hemos desarrollado una tecnología que es capaz de aplicar los elementos virtuales que ves a través de tu cámara en la vida real. En contraposición, la realidad aumentada solo permite cambiar el mundo a través de las pantallas.
Por ejemplo, la obra Catching and Collecting Forest de Fukuoka en julio de 2020 permitía a los visitantes participar en el desarrollo de la obra a través de una aplicación personalizada. Los animales son proyectados en las paredes. Si los miras a través de tu cámara y haces un movimiento en la interfaz de tu dispositivo puedes capturarlos, haciendo también que desaparezcan de ese espacio. Si el animal capturado es lanzado de vuelta a la pared, se libera de los límites del dispositivo y se mueve por el mundo “real” de nuevo.

eamLab, Forest of Resonating Lamps – One Stroke, Fire on Ice © teamLab
¿Podemos disfrutar en España de alguna de vuestras exhibiciones?
En Barcelona tenemos actualmente una exposición temporal: teamLab. Art, Technology and Nature. teamLab, junto con la Fundación «la Caixa», llevó a CaixaForum Barcelona dos obras interactivas e inmersivas que exploran el concepto de cambiar las relaciones entre las personas. La exhibición, que ocupa la Sala de Exhibición nº 4 de este espacio muestra las obras Born From the Darkness a Loving, and Beautiful World and Graffiti Nature: Lost, Immersed and Reborn y puede ser contemplada hasta el 9 de enero de 2022.
Nuestra obra Flowers and People – A Whole Year per Hour ha sido también adquirida por el Museo Moco de Barcelona, el cual la exhibe actualmente como parte de su exhibición de Arte Inmersivo Digital.
La obra muestra la actividad anual de las flores de temporada reducida a un lapso de una hora. Nacen, crecen, florecen y, después, se marchitan y mueren en un bucle constante. Cuando la gente se mueve delante de la obra de arte las flores se dispersan todas a la vez. Pero si la gente se queda a contemplarlas, florecen y crecen de forma más abundante.
La obra no es una grabación que se repite. Es una obra creada por ordenador que continuamente renderiza la imagen. La interacción con las personas que la contemplan produce un resultado visual que nunca se repetirá. La obra está ligada al momento y a la persona que la contempla.
Conclusión
El visionado del arte junto a la presencia de otras personas suele ser considerado como una “obstrucción”. Lo que pretende teamLab es hacer que la presencia de los demás suponga una influencia mucho más bella que antes. Los videojuegos, los smartphones o internet son interactivos cuando el usuario pone la intención en ello. teamLab ha creado arte que es interactivo quiera el usuario o espectador o no quiera. Lo mismo ocurre en las ciudades. La presencia de los demás no es la cosa más satisfactoria del mundo. Sin embargo, en el modelo de ciudad que teamLab plantea, la presencia de los demás, al transformar la ciudad, hace que sea más positiva.
Forest of Flowers and People: Lost, Immersed and Reborn
teamLab: A Forest Where Gods Live