Museo Nacional Thyssen-Bornermisza de Madrid: Una tecnología en constante evolución

El Museo Nacional Thyssen-Bornermisza de Madrid conforma, junto al Museo del Prado, el Museo Reina Sofía y otras instituciones de relevancia internacional, “Paseo del Arte”, el núcleo cultural más reconocido de la capital española.
La pinacoteca alberga una gran colección de arte internacional que se complementa con exposiciones temporales de gran atractivo para el público. La tecnología, como no podía ser de otra forma, juega un importante papel en las iniciativas del museo, abarcando desde tecnologías de realidad virtual hasta soluciones de accesibilidad que se benefician de las soluciones LED.
Queremos conocer cómo se relaciona la institución (y el arte) con las últimas novedades técnicas. Con ese objetivo, entrevistamos a una amplia representación de responsables del Museo Thyssen: Javier Espadas, jefe del área de tecnología; Miguel Ángel Molina, jefe del área de seguridad; Ubaldo Sedano, jefe del área de restauración; Carolina Fábregas, jefa del área de desarrollo de negocio; Rufino Ferreras, jefe del área de educación (EducaThyssen); Juan Ángel López, responsable del departamento de exposiciones; y María Ruiz-Rivas, responsable de alquiler de espacios y eventos corporativos.
Por Sergio Julián
¿Qué importancia tiene la tecnología para el Museo Nacional Thyssen-Bornemisza?
Desde su Fundación, el Museo ha percibido la tecnología como un espacio de apasionantes retos y oportunidades en el que las instituciones responsables de la gestión del patrimonio cultural deben asegurar la mejor conservación y difusión del patrimonio bajo su responsabilidad.
La tecnología para el Museo es transversal y no solo digital, pero indudablemente uno de los aspectos más visibles es la presencia digital del Museo, que comienza en 1998 con la publicación de su primer sitio web.
¿En qué punto se encuentra en cuanto a transformación digital? ¿Queda camino por recorrer?
“Transformación Digital” quizás sea un término que no se ajusta del todo a la realidad actual, marcada por cambios permanentes en los hábitos de consumo y la rápida obsolescencia o evolución de la tecnología. Quizás sería más adecuado el considerar la situación en la que nos encontramos como un estado de permanente cambio para el que sin duda es necesaria la tecnología, pero también la estrategia, nuevas habilidades y adaptar la cultura de empresa al cambio.
Podemos considerar que, en gran medida, el Museo abordó una etapa de cambio en el año 2013 con la aprobación de un plan estratégico cuatrienal que perseguía, entre otras cosas, la evolución hacia un modelo de negocio digital sostenible basado en dos pilares fundamentales: un plan de marketing y un programa digital que le presta soporte. Entre otros proyectos de este plan estratégico destacan los nuevos sitios web del Museo, la tienda online, el videojuego Nubla, el programa de publicaciones digitales, proyectos de Open/Linked Data, servicios de ticketing B2B dirigidos a los profesionales o la Aplicación Second Canvas con imágenes en Gigapixel.
Con la experiencia adquirida a los largo de estos cuatro años, actualmente el Museo centra su esfuerzo de transformación digital, recogido en un nuevo plan estratégico, en el desarrollo de nuevas experiencias y formatos digitales para disfrutar del arte, la mejora de la gestión orientándola al dato haciendo uso de tecnologías de big data y la difusión/comercialización del Museo y sus actividades.

En vuestra página web, figura el siguiente texto: “Desde su apertura al público en 1992, ha incrementado el número y la variedad de exposiciones temporales, las diferentes actividades culturales y comerciales y el conjunto de programas didácticos y educativos, para lo que viene desarrollando una ambiciosa estrategia de impulso de nuevas tecnologías”. ¿Cuáles son estas tecnologías? ¿Cuáles han sido vuestros ámbitos de actuación?
La tecnología ha afectado, especialmente en los últimos años, de forma transversal a todos los departamentos y procesos de una Institución como el Museo. Iluminación LED, sistemas de control y seguridad, tratamientos de restauración, publicaciones digitales, realidad virtual/aumentada, visitas virtuales, comercio electrónico, sitios web, big data, fotografía digital Gigapixel, marketing digital, videojuegos, hiperconvergencia de la computación o ciberseguridad son tan sólo algunos ejemplos de tecnologías aplicadas en el Museo en lo últimos años.
En el ámbito museístico se suele hablar de tecnología invisible, aquella fundamental para el correcto desarrollo de sus actividades pero que no es apreciable por el público. En este plano… ¿cómo habéis cuidado la instalación de los sistemas de megafonía?
Los sistemas de megafonía se han revisado últimamente y han sido actualizados, de modo que se comprueban diariamente mediante los mensajes. También tiene una ventaja respecto a la atención al visitante y su calidad de visita: comprobamos que resultaba un poco incómodo al visitante el dirigirse directamente por el personal de seguridad invitándole a desalojar la sala por su cierre. De este modo, ya tiene un preaviso 15 minutos antes y se organiza mejor antes del cierre. Y por supuesto, a las personas con necesidades especiales también les ayuda porque el mensaje les aporta una información adicional.
¿Contáis con algún software que, mediante captación de vídeo, pueda gestionar el control de aforos de cada una de las salas?
Sí, se ha implantado en espacios más sensibles al tema del aforo, como en la tienda del museo, cafetería, terrazas, hall del museo, salas de exposiciones temporales y en cada sala, donde cada vez que se realiza una intervención especial sobre una obra es presentada al visitante y recibe más visitas de lo habitual.
Esto se ha conseguido sustituyendo las tradicionales cámaras de videovigilancia por nuevas digitales con tecnología IP y, a su vez, con una versión avanzada de “Análisis Inteligente de Vídeo”. Permite contar a las personas que cruzan un determinado espacio, diferenciar colores, etc. Esta información se traslada a un programa que se ha desarrollado específicamente.
El análisis de vídeo permite un amplio abanico de funciones, detección de movimiento, alarmas en zonas restringidas, conteo de personas… En el caso del aparcamiento también nos facilita el aforo de plazas libres, de modo que si se llena nos da un aviso y no se permitiría entrar más vehículos.
Por último, quisiera destacar un proyecto piloto que implantamos en la Sala Moneo para personas con audición reducida. En esta idea hemos instalado un sistema guiado de iluminación LED en el techo. De una forma muy intuitiva, dirige al visitante hacia la salida de emergencia. Puesto que hay varias salidas de emergencia permite varios programas. De un modo inteligente desde su posicionamiento del visitante, le indica la salida más cercana.

La iluminación es un aspecto crucial en una pinacoteca. ¿Cómo se estudia este apartado? ¿Cuáles han sido vuestras últimas acciones en este campo?
La luz es una radiación imprescindible que nos permite captar la información visual de lo que nos rodea. Referido al mundo del arte, nos acerca a los colores, texturas y formas contenidos en cada una de las obras para posibilitar su disfrute o su estudio. En el caso de salas de exposición es necesario, además, ver lo que se nos muestra con suficiente nitidez.
Desde el punto de vista de la conservación del patrimonio, la luz es uno de los factores determinantes en su conservación, pues puede ser el origen de un deterioro de carácter irreversible. La mayoría de las reacciones de degradación, especialmente las de carácter superficial, son fotoinducidas. Por lo tanto, debe ser controlada y adecuada para tal uso.
Actualmente, se ofrecen diseños de iluminación basados en tecnología LED. Con estos dispositivos semiconductores se han conseguido aparatos que emiten una luz limpia, variable en intensidad y temperatura de color, que los hace idóneos para iluminar objetos artísticos. La ausencia de radiaciones indeseables, el bajo consumo y la casi nula emisión de calor los hace interesantes para los museos. Presentan, no obstante, el inconveniente de tener un precio elevado.
El Museo Nacional Thyssen-Bornemisza ha optado, mediante una operación de patrocinio, por instalar este tipo de iluminación adaptándolo a las necesidades de cada zona a iluminar y adecuando los protocolos de control relativos a la posible influencia sobre su colección. Dado que se trata de dispositivos relativamente nuevos, aún es necesario contar con un tiempo suficiente para evaluar los resultados reales establecido un seguimiento mediante controles de colorimetría entre otras medidas.
La experiencia del usuario pasa en muchas ocasiones por el uso de la audioguía. De hecho, cada vez es más común que estos dispositivos vengan reforzados con vídeo o, incluso, utilicen tecnología NFC. ¿Cómo ha evolucionado este plano en el Museo Thyssen y hacia dónde se dirige?
Desde hace más de 4 años, en el museo contamos con un servicio de audioguías que ofrece varios formatos de dispositivo y de contenido. Tanto el sistema convencional como el multimedia ofrecen la posibilidad de reproducir vídeos. Uno de nuestros recursos más innovadores es la guía multimedia infantil, con 15 vídeos que son recreaciones animadas de las piezas más relevantes de la colección.
En cuanto a la interacción de los contenidos mediante tecnologías de proximidad, los equipos de nuestro servicio lo permiten, tanto las audioguías (mediante tecnología de infrarrojos) como los dispositivos multimedia (a través de beacons, por ejemplo), pero actualmente estas prestaciones tecnológicas no se están utilizando. Aun así, las experiencias en otros espacios que han utilizado tecnologías de proximidad, ya sea mediante NFC o a través de beacons, no han sido de momento positivas. Por ello, somos prudentes ante esta alternativa.
El proyecto Arches, de creación de espacios inclusivos, es un gran ejemplo de cómo la tecnología puede favorecer la accesibilidad. ¿Cuáles son los últimos movimientos del Museo Nacional Thyssen-Bornemisza en esta línea?
Para el Área de Educación, siempre ha sido una prioridad el facilitar el acceso a nuestros contenidos y al conocimiento generado en torno al museo para el conjunto de la sociedad. En esta línea, se lleva realizando un trabajo con estas personas, sus familias, terapeutas y educadores, no solo para que accedan a estos contenidos en igualdad de condiciones que otras personas, sino para que también ganen en visibilidad y presencia en la institución: no como meros receptores, sino como generadores de nuevos contenidos. Proyectos como “Narraciones Gráficas” o “Lectura fácil” están basados en estas premisas, y son laboratorios en los que estos colectivos reflexionan sobre su papel en el museo y generan contenidos para otros que en algunos casos estarán a disposición en la web del museo y en educathyssen.org.

Del mismo modo, habéis hecho ciertas implementaciones aisladas de realidad virtual. ¿Seguirá siendo una anécdota o se implementará de manera definitiva en los museos a modo de recurso permanente?
Ciertamente, el Museo ha desarrollado múltiples experiencias realidad virtual como el proyecto “Entrar en el Cuadro”, una experiencia única e impresionante en la que los visitantes pueden sumergirse en tres cuadros de la colección permanente a través de unas gafas de realidad virtual. También ha desarrollado proyectos de realidad aumentada como Crononautas una aplicación que es un recurso didáctico y un juego.
El desarrollo de experiencias de realidad virtual para el gran público tiene actualmente dos grandes limitaciones. La primera es el dispositivo: las gafas de realidad aumentada están lejos de ser un elemento de uso cotidiano y su uso a día de hoy está limitado a profesionales. La segunda es el alto coste asociado a experiencias de realidad aumentada de calidad.
Mientras estos dos aspectos no mejoren y sin menospreciar esta tecnología, los proyectos de realidad virtual serán anecdóticos frente a proyectos digitales basados en la grabación (panorámicas, video, video 360, imágenes Gigapixel, etc.) de la realidad combinados con información aumentada y consumidos en dispositivos de uso generalizado como los teléfonos móviles o las televisiones.
El Área de Educación es un laboratorio de investigación sobre nuevas narrativas y sociedad. Para nosotros, las tecnologías son una herramienta más y así ha sido desde hace más de veinte años. A lo largo de estos años hemos hecho uso de herramientas como la realidad virtual, la realidad aumentada y los videojuegos, una línea de trabajo sobre la que seguimos trabajando y a partir de la cual saldrán nuevos recursos y herramientas en los próximos años.
Vuestra reciente exposición “Más que humanas” es un buen ejemplo de cómo las tendencias museográficas varían y se benefician de la tecnología. ¿Cómo está preparado el Museo Nacional Thyssen-Bornemisza para responder a los retos tecnológicos crecientes que suponen estas exposiciones audiovisuales?
Aunque, dado el carácter clásico de las Colecciones Thyssen-Bornemisza, el soporte audiovisual no es habitual en el museo, desde hace años ha venido siendo utilizado en exposiciones como Heroínas (2011) y El surrealismo y el sueño (2013). Con las recientes exposiciones de la colección TBA21 – Purple, de John Akomfrah (2018), Amar Kanwar (2019) y la citada Más-que-humanas (2019) – la presencia de los medios audiovisuales en nuestro museo se ha hecho más constante. Ello ha provocado que, con el asesoramiento de conservadores y comisarios que conocen muy bien el medio y las exigencias de los artistas, el museo haya adaptado algunas de sus instalaciones a estas nuevas necesidades. Asimismo, hemos recurrido al alquiler de equipos técnicos de empresas que son referentes internacionales en exposiciones de este tipo en museos, bienales y centros de arte.
El Museo Nacional Thyssen-Bornemisza puede dar cabida a numerosos eventos. ¿Qué recursos tecnológicos puede poner a disposición de sus clientes? De los espacios que ofrece para la celebración de eventos, el único que cuenta con equipo propio es el Salón de Actos. Estas son sus características:
Pantalla
- 5.8 m x 3,8 m
Audio
- Mesa de mezclas SOUNDCRAFT Spirit live 4 mono 16 Stereo, 4 Subgrupos y salida Stereo.
- Etapa de potencia CREST AUDIO, VS 1100 2×550 W a 4Ω.
- 6 altavoces JBL Control 28.
- 5 micrófonos de mesa AKG D 880 S.
- 1 micrófono de condensador AKG C 947.
- 1 micrófono de condensador AKG C1000.
- 2 micrófonos mano HT 81.
- 2 receptores Sennheiser serie 500.
- 2 receptores Sennheiser EW-G4.
- 4 Micros Solapa Sennheiser EW-50.
- 2 Micros Atril Sennheiser ME 36.
- 4 Micros de Diadema.
- 1 patch de señal en escenarios con 8 conexiones XLR macho-hembra.
- 1 patch de señal para periodistas con 8 conexiones XLR-Jack 6 mm.
- Bucle de inducción magnética doble.
Vídeo
- 1 PANASONIC PT-RZ970E WUXGA (10000 lúmenes).
- 1 matriz video Extron MAV 88av 8 in / 8 out.
- 1 proyector de opacos y transparencias.
- 1 Video Player Denon Blu-Ray DBP 2012 UD.
- 1 Video Player Denon DVD DN – V110.
- 2 Discos Duros Grabadores Reproductores Gigaset HD 795 T.
- 1 Video Splitter 8 puertos VGA VS- 98A.
- 1 Cámara video motorizada siemens G3AES5C.
- 1 Escalador de señales Extron IN1608.
Ópticos
- 1 proyector de transparencias.
- 3 proyectores de diapositivas Kodak con mando a distancia.
En otros espacios como el Mirador, la Curva o el Hall Central, si bien el Museo asesora y facilita montajes audiovisuales, es el propio cliente quien contrata a una empresa especializada para su equipamiento.
La celebración de eventos corporativos en el Museo pone el acento en la experiencia en privado. Una visita guiada por especialistas por la Colección Permanente o exposiciones temporales en donde no median recursos tecnológicos.